lunes, 7 de septiembre de 2015

Combatir cara a cara


Hoy hemos estado prospectando en Mediana, en la zona conocida como "Parapeto de la Muerte". 
Estos montes perforados de trincheras y salpicados de metralla hacen honor a su nombre.

Nos distribuimos en tres equipos, cada uno con su GPS y hojas de registro, y vamos documentando cada uno de los objetos que se pueden observar a simple vista en la superficie. En unas pocas horas identificamos cerca de 600 elementos. Cada equipo cubre un punto fortificado: tres pertenecen a los franquistas, uno a los republicanos. 


La posición republicana es una avanzadilla. Está tan cerca de los sublevados que debían oírlos respirar. En algunos puntos, las trincheras de uno y otro bando están separadas por apenas treinta metros. Frente a los parapetos hay restos de granadas. Miles de restos. Apenas hay un metro cuadrado que no esté cubierto por los característicos cuadrados metálicos de las granadas de fragmentación - y anillas, espoletas, fulminantes. En esta zona registramos más de un centenar de granadas, sobre todo polacas y universales. Son las trazas de la defensa de las trincheras republicanas ante los ataques franquistas. 

En las posiciones sublevadas encontramos cientos de restos de bombas Laffite - las que usaron para detener los ataques del Ejército Popular.

La guerra moderna e industrializada supuso la generalización de la muerte a distancia. Se acabaron las espadas y las lanzas: uno mata y muere la mayor parte de las veces sin ver ni oír al enemigo.

En Mediana, en cambio, la muerte volvió a ser cara a cara, cuerpo a cuerpo.

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