martes, 29 de septiembre de 2015

Un Frente de la Virgen (y III)

Brigadistas Internacionales prisioneros en Belchite (en Fernández 2003).

En el Campo de Belchite, durante la guerra civil, combatieron y sufrieron soldados de diferentes nacionalidades. En el Batallón Lincoln de las Brigadas Internacionales lucharon, entre otros, cubanos y estadounidenses negros y mulatos. Algunos de ellos fueron internados tras la derrota en el campo de concentración de Miranda de Ebro y enviados después a otro campo de concentración, el de Belchite, concretamente. Esta fotografía que véis arriba nos muestra un grupo de estos esclavos, alojados inicialmente en las ruinas del Seminario Conciliar.
Este toque interracial es una muestra más del carácter global de la guerra civil española. Pero aquellos caribeños y yankees no fueron los únicos que pusieron la nota de color en el Frente de Aragón. En el pequeño pueblo de Codo, la llegada de los requetés catalanes del Tercio de Nuestra Señora de Montserrat trajo a  estas tierras no sólo fusiles ametralladores Mauser, Lebel o granadas Laffite, sino también el culto a una virgen negra poco conocida aquí hasta la fecha: la famosa Moreneta.

El Tercio de Montserrat
solo tiene una bandera
y en ella está una Virgen
de todas la más Morena...

Hornacina con la Moreneta en Codo.

Conocemos los detalles de la vida diaria de estos carlistas catalanes en Codo gracias a un libro asombroso, una loa a la Cruzada contra el comunismo que fue reeditada y ampliada en 1992 con el Nihil Obstat del Arzobispado de Barcelona. Su autor, el cura franquista Salvador Nonell, consiliario de la Hermandad de Excombatientes del Tercio de Montserrat. Este hombre ha sido uno de los pilares en la construcción de la memoria de estos golpistas ultracatólicos que consiguieron apropiarse del santuario catalán de la Moreneta levantando su particular Cripta-Monumento a los Caídos en la década de 1960. A través de las cartas de aquellos combatientes, aniquilados en su mayoría en la ofensiva republicana del 24-25 de agosto de 1937, conocemos microhistorias jugosas de estos cruzados. Por supuesto, llevaron a la práctica su ideal teocrático. Su capellán, Monseñor Carrera, se hizo cargo de la parroquia. Los requetés acudían a misa diaria, colaboraban en la catequesis, participaban en misas de campaña y en homenaje a los caídos en otros frentes, daban colorido a las comuniones de los niños y niñas de Codo... Nonell nos ha legado para la posteridad tres hitos berlanguianos en la trayectoria de estos requetés.

Calle en homenaje a Monseñor Carrera, abatido en la huida desesperada de los requetés de Codo.

En primer lugar, los carlistas se anticiparon al modelo de inmersión lingüística de la Generalitat actual. El requeté de Sabadell Ignacio Estivill dejó escrito: Codo parece una sucursal de Catalunya; por todas partes se oye hablar en catalán. Información complementada de manera genial por su colega José Ros: El día que llegamos a Codo, al oírnos hablar en catalán, se espantaban y muchos decían que éramos rojos. (En 2015 esto puede ser sostenido perfectamente por La Razón, libertad Digital o Eduardo Inda).
En segundo lugar, si los Brigadistas Internacionales colaboraban con los campesinos de Aragón y ayudaban en las tareas de alfabetización, estos requetés tan simpáticos no iban a ser menos. Entre las actividades extra-trincheras realizadas en Codo destacaron las conferencias sobre temas agrarios del perito agrónomo alférez Mauricio de Alós y un taller llevado a cabo por Antonio Conill sobre... hipnotismo:

Inicié mis sesiones de hipnotismo por distraer a la gente y ¡con qué éxito! sino que lo digan Domingo, Blasco, Trías, Baqué, López, Puig, los sargentos Sala y Mir... López y Puig son los más predispuestos pues son sujetos fácilmente hipnotizables.

Hipnotizados iban, sin duda, al frente, estas fuerzas de choque fanatizadas hasta el extremo. Como decía Ignacio Estivill, aburrido en las trincheras de Codo: Sólo esperamos que den la orden que diga ¡adelante! Y no parar hasta la mismísima plaza de Catalunya al grito de ¡Viva España! ¡Que día tan grande si podemos llegar con vida! Más si no es así, si algunos caemos en el camino por eso no habría que arrepentirse! ¿Hay algo más sublime que morir por la más Santa de las Causas?

(El espíritu de Estivill se reencarnó ayer en el cuerpo del laico Albert Rivera, aunque este Ciudadano no lo sabía mientras vociferaba Cataluña es España, soy Español, español, español y demás consignas en la noche electoral en Barcelona).

Un monumento de 1962 en homenaje a los requetés recibe al visitante en pleno ayuntamiento de Codo.

En tercer lugar, aparte de misas pontificales con coro y todo, los requetés se empeñaron en arreglar el campanario de la iglesia y llegaron a instalar un reloj. El día de la inauguración se procedió a descubrir la esfera del reloj al compás del Oriamendi. Entre los aplausos del pueblo surgió de los labios del alcalde (puesto por los golpistas) una duda. Al ver los números en cifras romanas, exclamó perplejo y contrariado: ¡caray con los requetés, ahora nos han pintado el reloj en catalán!

Milagros de Codo nos habla de las vicisitudes del campanario de Codo
a través de las fotografías de Centelles.

Tras la debacle de agosto de 1937 y a partir de marzo de 1938 estos requetés pasaron a ser un icono del franquismo, los artífices de una gesta sin igual. Se exhumaron los cadáveres de los combatientes, se renombraron las calles con el nombre de los héroes, se ocupó el espacio público con monumentos carlistas y se impuso por doquier la advocación de Nuestra Señora de Montserrat, aunque prescindiendo de esa T, por lo que parece, innecesaria.
Martín de Riquer, medievalista catalán especializado en literatura trovadoresca escribió con Vargas Llosa en 1972 El combate imaginario sobre las cartas de batalla de Martorell. Le costó poco imaginarse un combate pues él fue requeté del Tercio de Montserrat y luchó en la batalla del Ebro. En la transición fue senador de la Entesa del Catalans. Martín de Riquer compuso la letra del himno del Tercio de Nuestra Señora de Monstserrat, que comenzaba así:

Requetés catalanes por España
luchad con valentía hasta morir.
Conquistad la simbólica montaña
y los enemigos tendrán que huir.

Todos los requetés de este tercio llevaban consigo una insignia de la Moreneta con la bandera de España. Un objeto que todavía sirve hoy para identificarlos en las fosas comunes y enterramientos individuales ubicados en Belchite, La Serena, el Ebro, etc... Con razón corría aquella copla entre los requetés catalanes:

Si promte vols ser enterrat
vés al Terç de Montserrat.



Referencias.
J. Á. Fernández López (2003): Historia del campo de concentración de Miranda de Ebro (1937-1947). Edición del autor.

S. Nonell Brú. 1992. El laureado Tercio de Requetés de Nuestra Señora de Montserrat. Barcelona: Hermandad del Tercio de Requetés de Ntra. Sra. de Montserrat.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Un Frente de la Virgen (y II)



Nuestra Señora de los Desamparados, la Virgen del Pilar, Nuestra Señora de Montserrat... pero todavía hay más en este frente de la Virgen. En los aledaños del área de excavación que abrimos en el antiguo jardín del Seminario Conciliar permanecen todavía hoy las ruinas de una curiosa estructura de difícil interpretación. Nos gustaría ver a Ian Hodder delante de esta tesitura hermenéutica. La edificación combina ladrillo, canto de cuarcita, cemento cutre... Unos arquillos definen unos extraños vanos cegados. Al pie de la estructura de depositaron escombros y rellenos procedentes de la demolición del seminario tras la guerra. Ante las dudas de la materialidad, la comunidad local acudió al rescate. En la Jornada de Puertas Abiertas que organizamos acudió a las excavaciones una vecina y nos trajo una antigua postal que testimoniaba el uso original de la misteriosa estructura. Ya nuestro amigo Aurelio nos había hablado del uso cultual de la edificación.

Gruta de Lourdes en el Seminario (1922).

Nos encontramos ante los restos de una recreación de la gruta de Lourdes. Aunque la Virgen del Pilar no quería ser francesa, ¡zas toma dos tazas! y va y le plantan al lado un santuario de una virgen francesa. Gracias a esta vieja fotografía sabemos que esta escenografía estaba ya construida en 1922. Y como siempre en Arqueología, todo tiene su lógica. Gracias al investigador Martín Ibarra conocemos bien el proceso de implantación de esta advocación en Aragón, un proceso dirigido desde la propia jerarquía eclesiástica. En 1899 las diócesis de Aragón empiezan a recolectar exvotos para ser enviados al santuario de Lourdes. En 1902, el Papa León XIII ordena instalar una réplica a tamaño natural de la gruta de Lourdes en el Vaticano.
En 1907 el obispo de Tarbes vino a Zaragoza en peregrinación. A su vez el Congreso Eucarístico Internacional de 1914, celebrado en Lourdes, fue un acicate para que el culto se extendiese por España. En 1920 el cardenal Soldevila encabezó una multitudinaria peregrinación diocesana zaragozana a Lourdes que se repetiría en 1921 y 1922. Los boletines diocesanos recogían este texto:

Fue en Octubre de 1907. La diócesis de Tarbes y de Lourdes, con su Prelado al frente, quiso ser peregrina de Nuestra Señora del Pilar. El Gave y el Ebro confundían sus ondas, claro espejo de celestes visiones. Los dos santuarios célebres enlazaban su historia, su plegaria, su universalidad. ¡Lourdes y Zaragoza! ¿habrá que decir cómo las dos ciudades son eslabones de oro, los más bellos, los más resplandecientes, los más fuertes, de la cadena secular del culto de la Virgen María? Zaragoza es la tradición, el origen, la piedra angular de nuestra fe mariana y española. Lourdes es la confirmación del Credo católico, el milagro a la vista, la aparición tangible. El Pilar es nuestro Sinaí. Massabieille el Tabor. El Pilar, dulce aurora. Massabielle, esplendoroso cenit. Y en ambos tornos brilla el poder y se abre la misericordia de María, y en ambas piedras hay óleo de alegría y firmeza de promesas eternas. ¡Lourdes y el Pilar!

Este hermanamiento entre El Pilar y Lourdes dio lugar a estas recreaciones de la gruta francesa. No sólo en el Seminario Conciliar se construyó una, sino que en el propio Belchite se erigió otra, que todavía se conserva a pesar de la destrucción de la guerra. En sus proximidades se ubica una fosa con los restos de requetés del Tercio de Almogávares evacuados desde el Seminario.


Gruta de Lourdes en Belchite viejo.

Durante la IIª República este proceso no se detiene, sino todo lo contrario. En 1933 se canoniza a Bernardette Soubirous en el 75 aniversario de la inventio. En esa fecha cientos de peregrinos aragoneses donan una imagen del Pilar para que decore la gruta de Lourdes. En 1935 el Papa ordena que la clausura del año jubilar de la Redención tenga lugar en la gruta de Lourdes y no en Roma. 
Y en esto llegó la guerra. 
Más que de la gruta, la derecha reaccionaria salió de la caverna para secundar el golpe de Estado. Los jóvenes Exploradores de Zaragoza salieron el día 16 de julio hacia Ordesa para llevar a cabo su tradicional acampada de verano. Los milicianos anarquistas los trasladaron a Barcelona. Las gestiones de la Cruz Roja internacional permitieron que fuesen evacuados a Marsella. De ahí los llevaron a... Lourdes en donde se alojaron en el Hospital de los siete dolores y en el Asilo de Saint Frai.

Cuando los Guardias de Asalto toman el Seminario el 3 de septiembre de 1937, éstos son retratados por Agustí Centelles delante de la gruta de Lourdes. El fotógrafo Ricard Martínez ha conseguido identificar de lleno la localización de la fotografía original de Centelles. Es un documento histórico. Si estuviésemos en agosto de 1936 probablemente la imagen de la Virgen hubiera pasado rápidamente a mejor vida. Sin embargo, ahora nos encontramos con las tropas de élite del Ejército Popular en un momento en el que el Estado republicano retoma el control de Aragón y restablece el orden. Los Guardias de Asalto posan orgullosos, puño en alto, frente a la Virgen. Iconoclastia contenida.

Arqueólogos replicando a los milicianos retratados por Centelles. (Fot. de Ricard Martínez).

Hoy en día la fuente de la Virgen del Pilar es un espectro de cemento ametrallado. La gruta se mantiene en pie en medio de un mar de escombro. Las creencias son como las cucarachas del anuncio: nacen, crecen, se reproducen (o no), mueren y desaparecen. Esta decadencia no la podía preveer Augusto Godoy, seminarista zaragozano peregrino en Lourdes en 1920:

¡Lourdes y el Pilar! Bella lazada 
por la que une grandes y hermosos ideales; 
amor y fe de pueblos fraternales 
se funden del Rosario en la explanada.
Aquí, en el monumento, apasionada 
palpita con latidos celestiales 
la España de católicos anales, 
la Francia de fe pura, acrisolada. 
Con dulce y eternal abrazo unidos 
en los bloques por todos esculpidos, 
hoy dos pueblos enlazan sus historias. 
Por eso el Gave y Ebro rumoroso, 
viviente encarnación de hechos grandiosos, 
modulan a la par las mismas glorias.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Un Frente de la Virgen (I)

Bombas rojas en El Pilar de Zaragoza (burbuja.info).

En septiembre de 2012 el Gobierno del Reino de España concedió la Gran Cruz de la Guardia Civil a la Virgen del Pilar.
En las inmediaciones de la trinchera que estamos excavando se levanta una cruz en homenaje al Tercio de Almogávares que defendió el Seminario Menor. Cada año, un grupo de ultraderechistas depositan aquí y en Codo una ofrenda floral y se retratan brazo en alto, como en los tiempos en que la Fuerza Nueva de Blas Piñar convertía Belchite en un parque temático del franquismo. Estos señores tienen auténtica devoción por la bandera española y por la Virgen del Pilar, como se puede apreciar en el atrezzo que acompaña sus rituales y que deja también su registro arqueológico.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí ¿Qué culpa tiene la Virgen del Pilar?

Reciente homenaje fascista a los caídos en la ermita de Codo (Acción Juvenil Española)

Nuestras excavaciones en el entorno del seminario ofrecen un panorama complejo. Hay un lío de la virgen, de reutilizaciones, amortizaciones, destrucciones... Pero por otro lado también nos acerca al siempre fascinante mundo de la Historia de las mentalidades, en la línea de aquello que reivindicaba la tercera generación de la escuela francesa de los Annales. Y aunque la Virgen del Pilar no quiera ser francesa, a nosotros sí que nos interesa la historia de los cultos religiosos  y la materialidad que generan en contextos contemporáneos.
Como ya comentamos en un post precedente, la Virgen de los Desamparados era la advocación que daba sentido a este sitio. Era algo así como el genius loci que llevó a diferentes arzobispos a construir toda una escenografía arquitectónica destinada a combatir los peligros del laicismo propagado primero por la Ilustración (también francesa), luego por los afrancesados de Pepe Botella y después por el Estado liberal.

Reverso de una medalla de la Virgen de los Desamparados con el Seminario de Bechite.

El tradicionalismo católico y el nacionalismo de Estado van a ir consolidando la Virgen del Pilar como un trasunto beato de la imagen femenina de la República en Francia. Como culto aragonés y español, el primer tercio del siglo XX verá cómo la Virgen del Pilar se consagra como icono de la hispanidad cristiana. En esta historia, Belchite juega su papel. Ya vimos cómo el Santo Gallego refundó el seminario menor y consiguió, a su vez, acabar las obras de la basílica del Pilar de Zaragoza. Esta conexión se materializó en el jardín del seminario, en donde se levantó una fuente coronada por la imagen de la Virgen del Pilar. Poco a poco, el culto local de la Virgen de los Desamparados iba perdiendo fuelle ante el avance imparable del culto hispánico y global del Pilar.

Ruinas de la fuente de la Virgen del Pilar del Seminario Menor de Belchite.

El estallido de la guerra civil movilizó a los tradicionalistas carlistas de Aragón y Catalunya. Los primeros engrosaron, entre otros, el Tercio de Almogávares, aniquilado en Belchite. Los segundos conformaron en Zaragoza en el verano de 1936 el Tercio de Nuestra Señora de Montserrat, también destrozado en el pueblo de Codo durante la ofensiva republicana. Uno de los capellanes de esta unidad militar de cruzados fanáticos, Salvador Nonell, dejó escrito lo siguiente:

A uno se le antoja que la Virgen del Pilar y la de Montserrat se pusieron de acuerdo para impulsar y proteger sus victorias, incluso muchos ofreciendo para ello sus vidas a Dios y a España: "Yo te los envío, Virgen del Pilar, para que les infundas fe y valor con que recuperar España y Catalunya! ¡Yo te los cobijo bajo mi manto, Virgen de Monstserrat, para que permanezcan fieles a su fe y a su generosidad y vayan de triunfo en victoria!

En esos días finales de agosto de 1937 los requetés recitaban aquello de:

Hoy la Virgen del Pilar
vino a Codo muy gozosa, 
para decir que los rojos
nunca tendrán Zaragoza.

El Tercio de Almogávares resistió en el Seminario Menor, en donde quedó aislado a partir del 31 de agosto. Aquellos requetés, haciendo honor a la Virgen local, quedaron desamparados. Tras la debacle, los escasos supervivientes, dirigidos por el capitán Nieva, quisieron rehacer la unidad en Zaragoza. Los mandos franquistas se negaron y los encuadraron en el Tercio del Pilar. Ese fue el fin de los almogávares y una muestra más de los derroteros que iría marcando el nacionacatolicismo.

Crucifijo de un requeté del Tercio de Almogávares aparecido en nuestras excavaciones en la trinchera.

domingo, 20 de septiembre de 2015

La casa escrita


Llegamos al atardecer, con una luz que vuelve roja la piedra y más roja la tierra y los ladrillos de las casas. El lugar está a varios kilómetros de cualquier sitio habitado. Solo se llega a él por una pista de grava. Son media docena de construcciones de tapial suspendidas en un cañón y también en el tiempo.




Todas las casas están vacías, salvo una que se utiliza como alpendre. Las demás han ido quedando abandonadas. Su último uso fue acoger una peña. Hace veinte años que nadie viene por aquí. La fecha nos la dan unos periódicos grapados en una pared: 1995. En las viviendas encontramos muebles desvencijados de hace sesenta o setenta años, ropa solo un poco más reciente, botellas, sillas y herramientas viejas o antiguas -es difícil decidirse.










Lo que queda es el retrato de una vida: la de los campesinos aragoneses de la primera mitad del siglo XX. Sus casas son pequeñas, simples. El piso de abajo es una cuadra, el de arriba un habitáculo en el que se mezclan las funciones de cocina, sala de estar y dormitorio. Las ventanas son minúsculas, para que no entre el frío ni el calor. Tampoco entra la luz: solo el rayo rojo del atardecer. Puede uno imaginarse fácilmente a una familia numerosa hacinada en esta estancia de diez metros cuadrados, compartiendo una sopa y el calor, sus sudores o sus fríos. De la cuadra llegaría el olor de los animales. Una familia extensa en su vivienda de tierra.



El lugar podría ser uno más de tantos lugares abandonados en Aragón, si no fuera por un detalle.



Una de las casas está escrita. Con lápiz o punzón un grupo de anarquistas dejó aquí evidencia de su paso. Se lee CNT (varias veces), UHP. "Camarada, si tu sabes cuando vienes...", "Compañeros", "Barcelona". Una lista de nombres: Eugenio, Andreu, Iriarte, Carbajal, Sánchez. Um mensaje prosaico: "El que no tenga tabaco que no fume".  Más brutal este otro: "Camarada cuando entremos en Velchite tenemos que joder una fascista". Me pregunto que pensaría una miliciana de este mensaje. Aunque a las milicianas pronto las apartaron del frente. No tendría mucha oportunidad de verlo (la revolución es cosa de hombres). La palabra "joder" está tachada, sin embargo, así que a alguien al menos debió de parecerle impropio aquello, muy poco revolucionario. En realidad no hay ningún eslogan, poca política en esta pared. Excepto siglas, muchas, como si fuera un encantamiento mágico y protector. Como las cruces de las casas labriegas que protegían del mal de ojo.










También hay una representación excepcional. Se trata de un retrato de medio cuerpo de Buenaventura Durruti. Es una copia de una famosa fotografía del líder anarquista con su gorro de orejeras. Sobre la cabeza, formando un arco, está escrito el nombre del autor: "Dibugante Artista Roca Muñoz". Más arriba se lee "El Compañero Durruti" y quizá "tu memoria". En el extremo inferior izquierdo hay otro retrato, en este caso solo un boceto de la cabeza. Una fecha en la pared opuesta data la ocupación anarquista del caserío: 22 de marzo (de 1937). Durruti había muerto en Madrid el 20 de noviembre de 1936, en plena batalla por la capital. El mismo día que fusilaban a Primo de Rivera.







No nos dan miedo las ruinas, decía Durruti en una frase célebre. Y aquí está su retrato en ruinas, en una casa en ruinas, en un paisaje en ruinas. Porque llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones.

Qué guerra tan lejana.

jueves, 17 de septiembre de 2015

El Gigante descalzo


Recientemente la ARMH exhumó los restos del guerrillero gallego Perfecto de Dios, abatido cuando intentaba huir a Francia. En el acto de homenaje que se le brindó en su aldea natal (Sandiás, Ourense), sus familiares tuvieron a bien colocar al lado del féretro las botas que llevaba en el momento de su muerte. Pocas imágenes hay más evocadores de la arqueología de la guerra civil que el calzado que portaban esas personas a las que seguimos el rastro en nuestras excavaciones. En la exhumación en el cementerio de Castuera (Badajoz) en 2102 pudimos reconocer a militares republicanos por los restos de su indumentaria, como las suelas claveteadas características que llevaban los soldados. En nuestras prospecciones en Mediana, en la excavación de las letrinas o en los aledaños del Seminario Menor nos volvemos a encontrar con los cueros de la tragedia.


Nuestra compañera Sonia García Rodríguez lleva tiempo estudiando arqueológicamente las antiguas curtidurías del entorno de Santiago de Compostela. Era este uno de los pocos negocios industriales de la ciudad del Apóstol y atrajo la atención de inversores foráneos, sobre todo familias del valle de Cameros (La Rioja) y del País Vasco francés. La exportación a América en un primer momento y la atención al mercado interior hicieron de esta actividad un negocio pujante en la comarca compostelana. Sin embargo, la posterior competencia catalana y la falta de modernización hicieron que el sector entrase en declive en el primer tercio del siglo XX.
Sin embargo, y contra todo pronóstico, este tradicional tejido industrial en torno al cuero de la Galicia occidental jugaría un papel primordial en la guerra civil española. Al quedar el Levante en manos republicanas, la intendencia del Ejército sublevado no tenía acceso a esa pujante industria del calzado, por lo que hubo que buscar alternativas en la retaguardia franquista.


En un excelente trabajo sobre el negocio de la guerra civil en Galicia, Margarita Vilar y Elvira Lindoso dan a conocer el traumático proceso de militarización de las fábricas de calzado coruñesas, regentadas por empresarios de ideología republicana. Este fue el caso de la tenería eumesa La América que había sido fundada por los indianos Tenreiro en 1864. Sus descendientes fueron represaliados por los sublevados (pérdida de trabajo y exilio). En el caso de la tenería La Magadalena, de la familia Etcheverría, acabaría siendo campo de concentración. El caso más espectacular fue el de fábrica de zapatos de Ángel Senra en A Coruña, que ya había suministrado botas militares al Ejército francés en la 1ª Guerra mundial. De origen humilde, este zapatero de Noia acabó siendo el primer alcalde republicano de la ciudad en 1931. En 1936 los sublevados militarizan la fábrica y la convierten en una de las principales proveedoras de botas para el Ejército franquista.


Los Barbis que construyeron el fortín de la Dehesa de la Villa en el invierno o primavera de 1937 no lo debieron de pasar muy bien en los trabajos de campo. El frío y el cierzo eran todo un reto para la intendencia militar. En todo caso, estos zapadores, si atendemos a las fotografías de época, iban bien vestidos y protegían sus pies con borceguíes fabricados en la retaguardia, quizás procedente de las fábricas coruñesas, ya que el resto del Norte (en donde también existía esa industria tradicional y había ganadería) se hallaba aún en manos republicanas. Nos podemos imaginar a los Barbis dentro del fortín en construcción. Un trajín de zapadores ultimando la obra. En el cemento fresco, como si de un Olduvai belchitano se tratase, quedaron grabadas las huellas de estos hombres. Seguir el rastro de estas personas es el objetivo de la Arqueología que practicamos. Sin embargo, estos zapadores raramente morirían en el frente. Ellos diseñaban los contenedores que ocuparían otros, marcándoles el camino hacia la muerte, en muchos casos. No nos quedan las huellas de aquellos requetés que, al pie del cañón, regaron con su sangre el ladrillo y el hormigón. Combatientes de un ejército (el franquista) que Gabriel Cardona definió en un soberbio ensayo como El gigante descalzo.



P.S. En el Seminario Menor se enfrentaron en 1937 las botas gallegas contra las alpargatas levantinas. Y ya se sabe que en verano... siempre ganan éstas últimas.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Con pólvora y magnolias


En Mediana los parapetos de republicanos y sublevados están tan cerca unos de otros que casi se rozan. Si no lo hacen es porque entre ambos hay un campo de cráteres y metralla. En cada palmo de terreno encontramos una esquirla de acero o una bala. O las dos cosas. Entre las trincheras republicanas y franquistas encontramos también una botella rota de color púrpura que alguien arrojó desde una zanja. No es el habitual vidrio de anís o de vino. Al unir los fragmentos nos damos cuenta de que se trata de un frasco de colonia. Un objeto fuera de lugar -parece- un perfume que tiene que competir con el olor a pólvora y trilita.

Absurdo le parecía al brigadista Alvah Bessie, que habla de los jovencísimos soldados de reemplazo en mayo de 1938 en Alicante y dice que llevaban espejos, jabón maloliente, polvos de talco y "las inevitables botellas de colonia, sin las cuales el soldado español, incluso en las trincheras de primera línea, se siente incapaz de enfrentarse al enemigo".  

Pero quizá no sea tan ilógico el perfume en primera línea. Porque no solo huele a pólvora la guerra. También huele a cadáver que se pudre bajo el sol de agosto en el desierto de Mediana. 

Y entonces la colonia, como el vino y las balas, se convierte en un útil de trinchera.

En un poema del libro Con Pólvora y Magnolias, el escritor gallego Méndez Ferrín escribe:

Digo que irmáns non teño nesta noite digo que estou a chorar só como quen canta e cego o canto contra o gran silencio que estala e trae un tiro no bandullo.
Digo que hermanos no tengo en esta noche digo que estoy llorando solo como quien canta y ciego el canto contra el gran silencio que estalla y trae un tiro en el vientre.

Gracias a Alan Warren por la referencia de Alvah Bessie, procedente del libro Men in Battle (1939).

martes, 15 de septiembre de 2015

Experiencia Centelles


En esta última fase del proyecto Belchite 2015 el ritmo de trabajo es trepidante. Una parte del equipo se queda en laboratorio (una casa de Belchite Nuevo fosilizada en los años 50) tratando los materiales documentados en la trinchera y el fortín. Otros compañeros y compañeras prospectan las lomas de Mediana, tan bien descritas por Rubén Gotay en 1937. Y otros tenemos la inmensa suerte de intentar reconstruir el periplo del fotógrafo catalán Agustí Centelles por esta parte del frente de Aragón entre agosto y septiembre de 1937. Para ello contamos con los responsables del proyecto Arqueologia del punt de vista, Ricard y Susanna.
Agustí Centelles recuperó su archivo fotográfico en el Sur de Francia y se lo trajo de vuelta a Catalunya camuflado en 1977. Para evitar los controles de la Guardia Civil en la frontera, Centelles tuvo que hacer virguerías con los negativos para ocultarlos en la maleta. Esta operación supuso la pérdida de información sobre las fotografías, hasta aquel momento perfectamente clasificadas. En 1977 Centelles tuvo que reordenarlas cuarenta años después... y ya sabemos que la memoria es frágil y selectiva. La cuestión es que Ricard y Susanna han excavado en los carretes de Centelles y nos han traído fotografías inéditas agrupadas en un nombre genérico: Belchite


Estos días hemos comprobado cómo muchas de estas fotos son en realidad estampas de otras localidades cercanas como Codo o Quinto de Ebro. Armados con nuestra particular maleta mejicana, esta nueva experiencia Centelles ha demostrado el valor real de la interdiciplinariedad en este tipo de proyectos. Así, pues, la Arqueología, la Etnografía y la Historia se unen para poner fecha y lugar a unos testimonios fotográficos de primera mano.
Impresionante fue la visita a las ruinas de Belchite viejo con Aurelio, el señor de ochenta y seis años que sigue viendo las ruinas como si de un poblado vivo fuese. Centelles, después de ver el cementerio y el Seminario (caído en manos republicanas el 3 de septiembre) se adentra en los barrios de Belchite ya controlados por los leales, como el barrio de San Lorenzo, en donde nació precisamente Aurelio. Centelles incluso llegó a fotografiar su casa. Creemos que esas fotografías datan de los días 3-5 de septiembre de 1937.


El fotógrafo catalán no perdía el tiempo y también cubrió los resultados de los combates en Quinto de Ebro (24-26 de agosto de 1937). En Quinto contamos con la colaboración de Jardiel, un agricultor enamorado de la historia de su pueblo y que no dudó a la hora de identificar las localizaciones de las fotografías. En su línea, Centelles hace posar a brigadiistas internacionales en las calles arruinadas por los combates, como aquella en la que un tanque soviético T-26 causó el terror en las filas franquistas. Todavía se conservan el pie las paredes  de la Casa del Cura, cuartel general de las Brigadas en esa zona desde ese momento.


Gracias a Jardiel, Ricard y Susanna pueden reconstruir el itinerario seguido por Centelles en Quinto probablemente el 25 de agosto de 1937, siguiendo a las tropas de refresco del Ejército del Este que entraban a relevar a sus compañeros.

En ese parque temático del carlismo que es la población de Codo nos encontramos a la señora Milagros de vuelta de su corral con un huevo en la mano, y como no podía ser de otra manera nos dio un huevo de información. Centelles fotografió los daños causados por la artillería en la iglesia del pueblo. La señora Milagros se crió con las obras desarrolladas en la postguerra por Regiones Desvastadas (sic).

Siguiendo los pasos de Centelles por Belchite, Codo y Quinto nos imaginamos perfectamente a los combatientes republicanos celebrando en los vivacs la pírrica victoria, cantando aquello de:

Hemos visto a los fascistas
que corrían en Mediana
hemos visto a los fascistas

que corrían en Mediana;
porque los bravos de Líster

les zurraban la badana,
 porque los bravos de Líster

les zurraban la badana.
Cuando tomamos Belchite,

ya teníamos  Rodén;
cuando tomamos Belchite,

ya teníamos  Rodén;
Quinto, Codo y Mediana

eran del Pueblo también;
Quinto, Codos y Mediana

eran del Pueblo también…




domingo, 13 de septiembre de 2015

La lucha por el seminario, paso a paso


Fortín de la Dehesa de la Villa con dispersión de materiales.

Las excavaciones en el entorno del seminario menor de Belchite nos han permitido conocer en detalle el ataque republicano a estas posiciones en agosto de 1937. 

El fortín de la Dehesa de la Villa formaba parte de un conjunto de fortificaciones de hormigón y ladrillo construidas por los Barbis (una unidad de ingenieros) a mediados de 1937. Su función era defender el flanco sur de Belchite y para ello cubrían con su fuego la vía de tren y las carreteras que venían de Lécera y Letux. 

El fortín sufrió fuego de fusilería, ametralladoras y lanzabombas. Los requetés, sin embargo, no se retiraron y los republicanos tuvieron que tomar el lugar al asalto. De esta operación quedan impactos de balas en las paredes disparadas por los atacantes y dos casquillos de pistola, probablemente de los defensores. 


Tubo de una granada de espiga encontrado frente al fortín.

Una vez tomada la posición, los republicanos comenzaron el asalto a la última trinchera que defendía el seminario. La dispersión de materiales muestra elocuentemente de donde procedía el grueso del fuego enemigo: en el acceso occidental de la trinchera recogimos cientos de casquillos percutidos y cargadores vacíos. Con toda probabilidad, los requetés estaban disparando desde aquí hacia el fortín que las fuerzas del Ejército Popular acababan de tomar. 

Plano de la trinchera que defendía el flanco sur del seminario al acabar la excavación.

Uno de los carlistas perdió su crucifijo en la refriega y quizá también la vida.


Crucifijo de un requeté aparecido entre la munición disparada

En la zona este hay dos ángulos en los que también apareció abundante munición, probablemente disparada contra el cementerio, una posición de los requetés que cayó al comienzo de los combates. Aquí se mezclan los casquillos de Máuser disparados por los requetés con los de Mosin republicanos. Una vez que la trinchera cayó en manos de los atacantes, se utilizó para disparar sobre el seminario. Pero no toda ella: solo los puntos desde los que había un ángulo de tiro adecuado para acertar al edificio. El punto mejor situado era el ramal situado en el extremo más oriental. 


Casquillos y guías de peine de Máuser y Mosin sobre el suelo de la zona oriental de la trinchera.

Aquí encontramos munición de 7 mm de Máuser republicano. Se trata de casquillos y cartuchos fabricados en factorías gerundenses y alicantinas. La munición catalana no era de muy buena calidad, a juzgar por lo que encontramos: cinco cartuchos percutidos pero todavía con la bala. Podemos imaginarnos la frustración del guardia de asalto apretando el gatillo sin éxito una y otra vez ¿Defecto de fabricación o sabotaje?

Más allá de la trinchera todavía podemos seguir el ataque republicano. Detrás de las letrinas, y pasada la tapia que rodeaba el seminario, nos encontramos un casquillo percutido de 7 mm de la fábrica de armas nº12 de Girona (en este caso el cartucho sí funcionó) y una bala de pistola de 9 mm impactada que debió disparar uno de los sitiados.

Quedaban dos días y medio de sitio todavía. Tiempo de sobra para sembrar mucha más muerte: unos doscientos soldados de ambos bandos perdieron la vida en estos lugares que ahora excavamos.