viernes, 7 de diciembre de 2012

Si esto es un hombre


Un hombre es exhumado: una persona. ¿Cuándo una unidad estratigráfica, un recuadro más en la matrix Harris de una fosa, vuelve a convertirse en un ser humano con nombre? Todos los nombres es un viejo lema de los grupos de investigación y las asociaciones de recuperación de la memoria histórica. Una aspiración utópica que sigue guiando la lucha por la dignificación de las víctimas. Un acto de reivindicación y resistencia, para combatir la desaparición de identidades propiciada por el fascismo. En las fosas del cementerio de Castuera los represores han conseguido su objetivo, en parte. Los procesos postdeposicionales, las arroyadas, las remociones de tierra, el sustrato arcilloso, la humedad... han hecho casi desaparecer por completo las huellas de la memoria. Algunos esqueletos presentan un pésimo estado de conservación y apenas cuentan con objetos personales o vestigios de vestimenta. Es por ello que el trabajo metódico en campo y laboratorio resulta fundamental para intentar contestar aquella pregunta de Primo Levi: ¿si esto es un hombre?
Ahora estamos trabajando con el denominado individuo 9, que ya conocéis de posts precedentes. Durante la excavación nos llamó la atención la gran cantidad de objetos que portaba este individuo, en comparación con el resto. Una mera impresión que debía ser contrastada a posteriori. Pero además de la cultura material conspicua (espejos, liandrera, lápices...) el cribado sistemático del sedimento ha aportado aparentes nimiedades, como esa pequeña lámina de acero cromado a la que se refería Peter Bamm. Pequeña pero decisiva. En nuestro caso, documentamos una pequeña pieza metálica curva que apenas llega al centímetro de longitud. Al microscopio, este nimio elemento de cultura material muestra una minúscula inscripción, legible en parte: pherical rmingh acompañado de un numeral.
Efectivamente, en la segunda mitad del siglo XIX y primer tercio del siglo XX, la ciudad británica de Birmigham lideró la fabricación de plumas estilográficas de punta de acero. Hacia 1860 había aproximadamente 100 compañías que hacían semillas de acero en Birmingham, pero sólo12 firmas grandes dominaron el comercio. En 1870 Sommerville, Wiley y Perry, se combinaron para formar Perry & Co. Ltd. que más tarde se hizo uno de los fabricantes más grandes en el mundo. Revolución industrial, alfabetización, capitalismo, guerras escritas con esta pequeña lámina de acero.

El individuo 9 era un militar republicano. Portaba lápices y una pluma estilográfica de importación. Todo parece indicar que sabía escribir, y no sólo firmar. Pero este señor sabía hacer otras cosas, que también dejaron su huella en el registro arqueológico, como veremos a continuación.

2 comentarios:

Sandra Lozano dijo...

Qué buen trabajo. Encontrar este tipo de rastros minúsculos en el registro requiere, entre otras cosas, mucho amor por lo que estáis haciendo. Enhorabuena.

David Hornero dijo...

Aunque no se llegue a identificar a estos seres humanos, vuestra labor tiene una importancia capital en la devolución de su dignidad. Seguid adelante, enhorabuena.